La obsesión por recurrir a todas las herramientas que la informática ha situado a nuestro alcance en los últimos años, y hablamos en este caso de la tecnología tridimensional, puede hacer que terminemos convirtiendo algo tan serio como nuestra tienda virtual online en la segunda parte de ‘Kung Fu Panda’.
Y es que vender por Internet no casa demasiado bien con la inclusión en una web de figuras en tres dimensiones, que posiblemente ralentizarán la velocidad de carga de nuestro …