Un portal de comercio electrónico se trata de un negocio retail cuyo escaparate es una página web que abre los 365 días a todas las horas. La red de de Internet ofrece la oportunidad de llegar a nuevos clientes, de fidelizar a los actuales y también de internacionalizarse de manera rápida y económica. Sin embargo, vender por Internet no es algo sencillo. Por ello, conviene tener en cuenta una serie de aspectos para que un negocio de ‘ecommerce” tenga éxito.
En primer lugar, un punto clave a la hora de abordar un proyecto de comercio electrónico es conocer la normativa legal adecuada para cada caso. De este modo, uno se evitaría retrasos y contratiempos inesperados.
Luego, habría que definir la oferta de productos, una tarea en la que se deben tener en cuenta varios elementos como la política de precios, la obtención de imágenes y la descripción de las mismas.
A continuación, se debe concretar la estrategia de captación de clientes, muy ligada a los recursos disponibles para ponerla en marcha. Se puede optar por una visión global que se base en una estrategia de Marketing Multicanal, en la que el contenido tiene un lugar clave. A partir de aquí, el cliente debe escoger los medios que mejor se adapten a sus condiciones como posicionamiento orgánico en buscadores (SEO), campañas de pago en buscadores (SEM), presencia en medios sociales o bien email marketing.
Por otro lado, la logística puede llegar a ser un problema. Así que se recomienda mantener unos márgenes estables a pesar de los picos de demanda, sin dejar de ser competitivo en los precios. El consumidor español es bastante alérgico a los costes de envío pero, a la vez, muy exigente en relación la rapidez y la calidad en las entregas.
Asimismo, existen diferentes estrategias para aumentar las ventas en el mundo online. Las startup cuyo modelo de negocio depende de llegar a una masa crítica de millones de usuarios precisan de unas elevadas inversiones en márketing, en tanto que comercios con unos mejores márgenes y un público muy concreto se apoyan también en tácticas de SEO, SEM o campañas puntuales en portales de compras colectivas, dependen mucho más boca a oreja.
También Internet, por sí mismo, es un mundo extensísimo, donde conviven numerosas estrategias y modelos de negocio. En las redes sociales se pueden vender productos, mas se utilizan sobre todo para crear una imagen de marca determinada, y para redirigir tráfico a la página web. Incluso una aplicación móvil ayuda a fidelizar a una parte de los clientes.
Por último, hay que indicar que a pesar de lo complicado que pueda parecer el proceso de venta en Internet, no hay que venirse abajo: las reglas del juego han cambiado, y quien se adapte al flamante mantra “SOLOMO” (Social, Local y Móvil) será quien consiga que su negocio crezca mucho más.