Cuando estas presente en internet con una tienda online, una de tus máximas es intentar llegar a muchas personas, fidelizarlas, ofrecerles contenido que les guste para que se queden contigo, ya seas un negocio, un blog..
Una de las maneras más antiguas de contacto comercial con los clientes es el envío de publicidad por correo, y ahora con internet, por email, lo que se conoce como email marketing. Una de estas nuevas maneras son las conocidas “newsletter”, boletines informativos o comerciales que se envían por email, con un previo consentimiento por parte de la persona que lo recibe.
El problema de estas acciones son los servicios de mensajería (Hotmail, Gmail, Yahoo..) y sus algoritmos de anti-SPAM, por los que a raíz de una serie de criterios, podrían meter tus emails dentro de una lista de “correo no deseado”, que aunque ésta esté disponible para el receptor, no suele ser lo más visto, y suele crear una cierta desconfianza.
Para evitar que estos servicios de mensajería nos consideren como correo no deseado, lo principal es que a la persona a la que contactamos esté realmente interesada, es decir, no enviar a cualquier persona. Es lógico, si uno de estos servicios detecta que no se abren nunca los correos que se envían desde nuestra dirección, nos considerará como correo no deseado. Pero esto no es lo único.
Nuestra reputación como remitentes es otro factor elemental, y es que, como decíamos, estos servicios dan prioridad a direcciones conocidas, desconfiando de las desconocidas, por lo que se ha de tener cuidado con las acciones que se hacen si ya somos una dirección conocida y de la que no desconfían los servicios de mensajería (por ejemplo, no excederse con los correos masivos).
Decíamos que si nos abren nuestros clientes/contactos, estos algoritmos nos podrían considerar como correos no deseados, y esto se mide con el índice de reactividad. Un índice positivo sería un índice de apertura superior al 20% y un índice de reactividad (ratio clics/apertura) superior al 10%.
Pero esto no lo es todo. Existen dos factores más que son realmente importantes: las quejas y los hard bounces.
En cuanto a las quejas nos referimos a que un receptor marque nuestro email como “no deseado”, lo que supondría algo devastador para la reputación de la que hablábamos. Si hacemos un uso excedido de este email marketing, los clientes nos acabarán marcando como “no deseado” ya que no querrán recibir más noticias sobre nosotros, por ejemplo: el envío de más de 3 o 4 emails a la semana sobre la misma oferta.
Los hard bounces son las direcciones de correo electrónico que no son válidas, es decir, aquellas que siguen estando en nuestra base de datos pero que ya no existen, o nunca lo hicieron. Esto también sería detectado por el servidor, por lo que se aconseja una limpieza periódica de la base de datos.
Pero todo esto, si bien son aspectos que toma en consideración el algoritmo, no son lo más importante. Ante todo tiene que prevalecer el uso de estas técnicas hacia personas que realmente están interesadas, sin un abuso por nuestra parte de ese consentimiento y, por supuesto, con un contenido de calidad.