Los comienzos no son fáciles y muchos los saben por experiencia. Tener una tienda online puede ser un proyecto maravilloso en el que uno se debe involucrar 100%. El problema está es que muchas veces, por mucho que nos involucremos, las cosas no salen como queremos. Comenzar en el mundo del e-commerce es igual o más difícil que empezar con una tienda física. Piensa una cosa: cuando abres una tienda en una zona determinada puede que tengas otras dos tiendas que sean tu competencia directa pero, si decides abrir una tienda online directamente tendrás miles de competidores.
Es importante que antes de abrir tu tienda online, revises ciertos aspectos que muchas veces nos podemos olvidar por ser unos verdaderos “novatos” en eso de vender en Internet. Un error muy generalizado y que los clientes odian, es el de tener que registrarse antes de realizar cualquier tipo de compra. Es comprensible que quieras tener toda la información posible de tus clientes para, posteriormente, enviarles catálogos y novedades. Sin embargo, obligar a un usuario a registrarse antes de realizar algún descubrimiento en la tienda online es bastante engorroso.
Al igual que ese registro tan temprano, algo que molesta bastante es tener que dar el nombre hasta de los hijos en dicho registro. No pidas demasiados datos a tus clientes. Los datos del lugar en el que se realizará el envío un email y un número de teléfono de contacto, serán suficientes para que el cliente dé por práctico el registro. Intenta que el proceso de compra junto con el de pago no se convierta en algo interminable. Con tres cuatro pasos, como mucho, se pueden hacer compras perfectas.
No debes hacer que tu tienda online avise al cliente de que ese producto ya no existe cuando ya está a punto de hacer el pago final. Imagínate la ilusión que alguien puede tener al encontrar por fin un producto que le era imposible localizar y resulta que cuando llega al final de proceso de compra le salta una advertencia de que el producto no tiene stock.
Por último, intenta recordar la importancia de las imágenes. Debes hacer que estas se agranden y que les muestren a los clientes el mayor número de detalles posibles. La gente quiere conocer de cerca sus productos, de manera que deben ver con claridad los colores y el diseño en general. La mayoría de las tiendas online permiten agrandar las imágenes, así que revisa que la tuya tenga esa opción.