La difusión de nuestra tienda online puede darnos algunos quebraderos de cabeza en sus inicios, sobre todo si no tenemos experiencia en este aspecto. Si ya poseemos un negocio físico, es posible que publicitar nuestra tienda online sea mucho más sencillo, tan sólo haciendo uso de los mismos canales. ¿Pero qué sucede si nos lanzamos como emprendedores, si es «nuestra primera vez» y no tenemos este asunto consolidado? Lo mejor es recurrir a la figura de los brand ambassadors.
Con este término, que en español significa algo tan elocuente como «embajadores de marca», se hace referencia a un perfil especialmente dedicado a difundir nuestra marca, nuestra empresa y los valores asociados a ella. En el caso de la tienda online, el brand ambassador puede ser similar al community manager: dentro de la estrategia de networking que éste debe trazar, se encuentra inevitablemente el dar a conocer los aspectos positivos de la página, tales como su cartera de productos, sus facilidades de pago o de envío… Y, por supuesto, esos valores que la marca tiene que tener asociados.
Para una empresa nueva, labrar esa imagen positiva de su marca, que pueda atraer a los clientes y hacer que se decidan por esta tienda online en lugar de sus competidoras directas, puede resultar un camino largo y escabroso. No es tan sencillo como con un negocio físico, mucho más visible y tangible para los compradores. Sin embargo, la gran ventaja se encuentra en las redes sociales y otros canales que permiten un contacto mucho más directo, así como ese feedback y esa conversación que los brand ambassadors pueden fomentar en ellos. El resultado deseable es la implantación de esa imagen, pero también conseguir la tan deseada difusión a través del boca-a-boca.
Aunque es deseable contar con un brand ambassador específico para nuestra tienda online, que se encargue además de las tareas comerciales y de relaciones públicas, si crecemos y añadimos trabajadores a nuestra empresa hemos de esforzarnos por conseguir esa identificación, esa satisfacción que haga que ellos también difundan nuestros valores. Esto puede conseguirse no ya como un puesto definido, sino de manera espontánea, y es, desde luego, la forma deseable y más acertada de mostrarnos. Las estadísticas indican, sin embargo, que todavía queda mucho por conseguir en este aspecto, a pesar de que tenemos el ejemplo desde hace muchos años de grandes compañías, como Starbucks (el paradigma de engagement entre sus empleados).