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Seguimiento de pedidos

Al crear tienda online hemos de llegar más pronto que tarde al convencimiento de que no todo es alcanzar un volumen considerable de pedidos de manera regular, porque si estos no los gestionamos adecuadamente nuestras ventas comenzarán un declive inevitable.

Al referirnos a gestionar adecuadamente un pedido nos referimos a controlar exhaustivamente todo el proceso del mismo, de principio a fin, un espacio de tiempo que comienza justo cuando el cliente ha pulsado el botón de comprar y finalmente ese encargo ha quedado confirmado, poniéndonos a trabajar en su preparación.

En muchas ocasiones seremos nosotros, como cabeza visible del negocio, quienes llevemos a cabo todos los pasos imprescindibles para que la compra sea satisfactoria, pero también puede suceder que deleguemos esta tarea en otras personas y es entonces cuando estaremos obligados a supervisar cada secuencia de la misma.

A la hora de preparar el pedido debemos comprobar que en el paquete se entrega todo lo que el cliente ha solicitado, esto es, que no se hayan producido errores (muy frecuentes, por otro lado) con colores, tallas o entre modelos muy parecidos, así también nos cercioraremos de que la cantidad a servir sea la correcta, y nunca sustituiremos por nuestra cuenta por otro artículo, en caso de no tener stock suficiente, sin antes haberlo consultado.

El embalaje ha de ser el adecuado; independientemente del tipo de artículo que enviemos, su protección exterior ha de estar preparada para una manipulación frecuente. Debemos ser conscientes de que el paquete no siempre será tratado con el mimo suficiente y que pasará por muchas manos antes de llegar a la dirección del cliente.  Nunca se insiste de más con respecto al envío de mercancía muy frágil. En este caso, SIEMPRE, tenemos que indicarlo en el exterior del paquete, a modo de pegatina, en (mínimo) un par de sitios visibles para que sea detectado el mensaje desde varios ángulos y se manipule y almacene en condiciones de especial cuidado.

El seguimiento de pedidos alude directamente también al hecho de controlar en todo momento la ruta que sigue nuestro paquete. Si nosotros establecemos un período de entrega y este no se cumple, aunque la responsabilidad directa sea del transportista, el cliente recurrirá a nosotros en primera instancia. Si conocemos cualquier incidencia de antemano podemos adelantarnos en aportar una respuesta y gestionar posteriormente cualquier tipo de reclamación con celeridad.

El último paso es consultar directamente con el cliente su grado de satisfacción con la entrega y estado del pedido. Este dato puede sernos de gran utilidad para comprobar el grado de implicación y responsabilidad de nuestra empresa de transportes y decidir si nos conviene seguir o no trabajando con ella. Si el paquete salió de nuestros almacenes en perfecto estado debe, como mínimo, llegar en las mismas condiciones y en el plazo previsto, salvo causas de fuerza mayor y por motivos que se escapen al buen proceder de las partes implicadas en el proceso.